viernes, febrero 22, 2013

Arsénico en el agua y salud pública

Arsénico en el agua y salud pública

La presencia de arsénico en el ambiente, incluso en altas concentraciones, puede ser natural como de hecho ocurre en Argentina y chile, no obstante, en otros países como México y China, la presencia de elevadas concentraciones de arsénico en el ambiente se debe principalmente a las actividades económicas de sus pobladores. En México la minería y la sobreexplotación de acuíferos subterráneos son la principal causa de la contaminación del agua por arsénico.
Investigaciones como las de Chen y colaboradores llevadas a cabo en Taiwán, cambiaron la visión internacional de la exposición a arsénico a dosis bajas, inferiores a 50 microgramos por litro. Sus resultados demostraron que la exposición a largo plazo a cantidades bajas de arsénico en el agua de bebida se asociaba a la incidencia de cánceres de piel, pulmón, vejiga urinaria, riñón, e hígado. Esto ocasionó que en los Estados Unidos de América por ejemplo, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) revisara por recomendación de la Academia Nacional de Ciencias de este país, la norma para arsénico en el agua de consumo y fue en el año 2001 cuando definitivamente se consideró reducir de 50 microgramos por litro a 10 microgramos por litro la concentración de arsénico en agua para beber. El motivo explicito de dicho ajuste fue que permitiría disminuir el número de varios tipos de cáncer y de otras enfermedades entre ellas diabetes e hipertensión.

Desde luego en México no se aceptó la sugerencia de la OMS y es fecha que no se ha podido disminuir la norma de 25 microgramos por litro, seguramente, diversos intereses se ponen en juego para impedir la disminución, tomando en cuenta que las tecnologías disponibles hasta ahora para remover el arsénico del agua son sumamente costosas. No obstante, es razonable pensar que ninguna tecnología compite con los procesos naturales de los ecosistemas que son capaces de actuar como filtros para remover los diversos contaminantes del agua. Por otro lado, en el mediano y largo plazo, resultaría más económica y socialmente aceptable la consideración de equilibrar en una primera aproximación los acuíferos subterráneos y después recuperarlos, tendríamos agua para siempre y sin arsénico; habría una menor presión sobre la salud de todos los que habitamos alguna región del país, que como la Comarca Lagunera, intentan salir adelante hacia una forma de vida más civilizada, segura y saludable.

Fuente: MANUEL VALENCIA CASTRO
El Siglo de Torreón
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1 comentario:

Ecologistas de Juriquilla, AC dijo...

Las aguas subterráneas, cada vez más profundas, contienen altos índices de metales pesados como arsénico, mercurio, plomo, los cuales son muy difíciles de eliminar durante la potabilización.