miércoles, octubre 16, 2013

SEGURIDAD y PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS EN EDIFICIOS Y CONDOMINIOS


Los edificios residenciales uni y bi-familiar, categorizados como viviendas previstas para dormir “de manera habitual y normal”, son las que dan prácticamente cobijo a todos los habitantes durante una determinada parte del día.

Desgraciadamente, cuando estos edificios están ocupados, la mayoría de sus habitantes están dormidos y consecuentemente no pueden ser conscientes de su entorno ni de los acontecimientos que podrían ocurrir. Esta característica de falta de consciencia debida al sueño se refleja en las aterradoras estadísticas de pérdidas de vida acaecidas en edificios residenciales a causa del fuego.



No esta especificado en forma particular los horarios de los siniestros, pero se puede aseverar que la mayoría de las muertes causadas por fuego en edificios residenciales son consecuencia de incendios que se inician en las horas anteriores al amanecer. Por lo tanto, el factor más importante que debe considerarse desde el punto de vista del proyecto, en sus aspectos de protección personal y de seguridad contra incendios, es la existencia de un ambiente viable que proteja a los individuos durante la mayor parte del tiempo contra los acontecimientos que ocurren fuera de su control, u a una hora en que no pueden darse cuenta de su desencadenamiento.



Evidentemente, incluso en éste tipo de edificios, es importante anticipar la ocurrencia del fuego ni preestablecer criterios de diseño que impidan la comisión de acciones irresponsables o descuidadas, tales como fumar en la cama o fumar y beber copiosamente antes de retirarse a dormir.



Si pudiéramos rápidamente hacer un paneo de todas las normas y requisitos existentes en nuestro país y aún más, en otros mucho más restrictivos (considerar que en la actualidad se están adoptando técnicas de construcción y alhajamiento livianas, similar a esos países que dedican importantes sumas de recursos para la protección contra incendios), seguramente nos motivaríamos a darle un lugar más preponderante al tema y sobretodo, a la salvaguarda de nuestra integridad y seguridad humana.



Algunas preguntas claves:

· Tiene usted bien claras cuales son sus vías de escape principales y alternativas en caso de siniestro en su edificio? – tiene realmente un plan de escape y lo practica asiduamente?

· Tiene esa vía de escape las dimensiones mínimas, al igual que puertas, escaleras, u otro tipo de salida, según la cantidad máxima de personas admisible morar y/o las que viven actualmente en ese lugar?

· Cierran con llave las puertas de vuestro edificio residencial? – se pueden abrir aunque no exista luz (por ser de noche y no estar encendida la luz, estar oscurecido por efectos del humo, etc.) para transitar en el lugar?

· Todos los espacios a que el público tenga acceso como pasillos, escaleras, tienen iluminación de emergencia?

· Hay señalización para orientar a las personas hacia la salida?

· Existe protección vertical? – si no es así, hay protección completa por medio de rociadores automáticos? – las vías de evacuación están protegidas contra el fuego y el humo? – hay acceso de todas partes del edificio hacia una vía de salida?

· Acostumbra usted a cerrar las puertas de las habitaciones como una medida de protección estructural y para evitar la propagación del fuego y demás componentes de la combustión en caso que eventualmente ocurriera?

· Cómo es el acabado interior de las habitaciones de su casa?

· Están obstaculizados los salones y pasillos utilizados como accesos a salidas de emergencia?

· Hay algún sistema de alarma por lo menos de activación manual en su edificio? – y sistemas automáticos de detección de humos?

· Las zonas peligrosas (cuartos o salas de calderas, maquinaria de refrigeración, transformadores, u otro dispositivo susceptible de explosión, garajes, etc.) están debidamente aisladas (por elementos constructivos y/o elementos activos de protección) del resto del edificio?



Como podrá apreciarse, es una temática muy vasta y que requiere sobretodo de: instruirse constantemente.


Usualmente, el ser humano reacciona cuando un suceso desgraciado ocurre a uno mismo o a alguien cercano. Lo malo es que posiblemente frente al fuego solo tengamos una sola oportunidad – la única; y éste al ser implacable, tal vez no nos de otra opción.

Fuente: Blog de Edgardo R. Menéndez

Ecologistas de Juriquilla, AC
"Salvemos Peña Colorada"

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