Fraccionamientos privados desintegran la ciudad
La ciudad no tiene quien la piense en su totalidad, a pesar
de que casi todo el pensamiento moderno se hace desde la ciudad.
La realidad socio-espacial de la ciudad moderna, conformada
por el capitalismo, la tecnología industrial y la urbanización, ha fracasado en
lograr ciudades felices, humanas y sustentables, desde la instauración y
propagación de la ciudad moderna por el mundo y como resultado del divorcio de
la política y la ética además de la escisión del socialismo y el urbanismo.
No debemos confiar los ciudadanos al mercado amañado en
beneficio del 1% de la población más rica, o al Estado débil servidor del
mercado, la gestión de la ciudad buena y la vida buena del 99% restante de
ciudadanos.
Sólo los ciudadanos organizados radical, democrática y
políticamente podremos hacer una ciudad sustentable, feliz y convivencial, una
ciudad que cumpla su propósito original de humanizar.
Gracias a las políticas públicas de las distintas instancias
gubernamentales en Querétaro que privilegian al Dios-mercado, están provocando
que la ciudad se separe, fragmente, se desintegre. A decir de Zygmunt Bauman:
“En las grandes ciudades, el espacio se divide en “comunidades cerradas”
(guetos voluntarios) y “barrios miserables” (guetos involuntarios). El resto de
la población lleva una incómoda existencia entre esos dos extremos, soñando con
acceder a los guetos voluntarios y temiendo caer en los involuntarios”.
El barrio es la célula tradicional conformadora de una
ciudad sana, una ciudad verdaderamente humana es una federación de
comunidades-barrio. Grupos de vecindad-barrios anclados en grandes comunidades
espaciales-ciudades. Para que una ciudad cumpla con su propósito de ser
formadora de seres humanos completos, es necesario que los seres humanos
participen de varios y numerosos barrios distintos, para aprender las complejas
relaciones humanas de distintas comunidades con diferentes contenidos y
objetivos: cuestionándose, friccionándose, apoyándose y complementándose.
Pluralidad indispensable para el desarrollo humano, individual y social.
La agregación de 43 familias diarias a la urbe queretana que
no se logran constituir de inmediato comunidades-barrios sanos, se toman como
indicador para que el mercado inmobiliario justifique construir más
fraccionamientos, que son lotificaciones yuxtapuestas que no se integran con la
ciudad sino mucho tiempo después de ser habitadas en el caso de los
fraccionamientos abiertos, y nunca en el caso de los fraccionamientos privados
ricos o pobres. Problema que sólo puede resolver el Estado presionado por los
ciudadanos para imponerse a los intereses del mercado.
Un barrio sano e integrado a la ciudad, posee vínculos
históricos de proximidad vecinal, vivienda digna y funcional, solidaridad y
buena vecindad, vías y plazas con vida propia, costumbres, ceremonias y
manifestaciones culturales-artísticas, parques y mercados públicos, es abierto
a otros barrios, se le puede transitar. Pero al interior se le recorre a pie,
la mejor escala de proximidad humana. Tienen verdaderos monumentos-espacios
públicos que los identifican, como un parque, una escuela o un mercado que
crean el barrio y le dan fisonomía, pues el barrio se forma alrededor de ellos,
es órgano de estructura y distribución. No sólo es una comunidad física el
barrio, su ser es una comunidad espiritual de hombres que quieren vivir bien.
Un fraccionamiento, colonia, unidad habitacional aislada o
cerrada es un gueto moderno, los más ricos y exclusivos son intencionales, pues
con la intención de aislarse del resto de la ciudad se construyen y habitan.
Sus viviendas son prefabricadas y prediseñadas para aumentar la ganancia de las
inmobiliarias, no hay vínculos vecinales históricos, es una ciudad artificial.
Se busca la exclusividad y la seguridad a cambio de perder intimidad y libertad
de movimiento.
El gueto voluntario exclusivo se caracteriza por la
utilización del coche privado para casi todo traslado, limitación del espacio
público a un espacio mínimo necesario para la circulación y a equipamiento
comunitario ya sea un centro social o clubes deportivos. Se encuentran rodeados
o cercados por muros, puertas y rejas que son barreras físicas y el acceso es
restringido, impidiendo la entrada de los “no-queridos”, lo cual hace la
segregación social urbana más evidente y visible.
Generalmente un gueto lujoso está ubicado muy próximo o
pegado a guetos pobres e incluso miserables por lo que las diferencias sociales
y la inequidad social se hacen contrastantes. Son guetos porque no están
integrados al resto de la ciudad, están aislados. Y por lo general, aunque la
gente rica se aísla para no convivir con los pobres, termina dependiendo de
ellos pues para su vida necesitan en gran medida de la mano de obra barata.
Inmensos guetos empobrecidos por el sistema capitalista conviviendo con
islas-guetos de ricos que llenos de miedo se encierran en fraccionamientos
fortificados.
Cuando los guetos son ricos, sus habitantes buscan
homogeneidad social y un estilo de vida determinado por lo que el gueto es
formado y elegido intencionalmente. En el gueto pobre no se puede elegir, el
sistema arroja a la gente allí. Ambos son pobres, unos en el lujo deciden
empobrecer su vida despojándola de pluralismo social por miedo y elitismo, y
los otros en la miseria no tienen elección. Los guetos más pobres son el
resultado de la degradación y pauperización de la vida, estos a veces pueden no
tener muros físicos pero pueden estar al lado de una zona industrial, una gran
avenida como Bernardo Quintana o de un basurero, elementos que cumplen la
función de aislante.
No debemos confundir pues, gueto con barrio. El barrio es la
comunidad convivencial básica de la ciudad, integra a la ciudad y es
heterogéneo. Puede ser económicamente más rico o más pobre, es diverso
económicamente, pero nunca será exclusivo de nadie, no está aislado y posee una
identidad histórica fraguada con el devenir de todos sus habitantes.
Cuando un barrio enferma se encierra totalmente, se vuelve
gueto y la ciudad enferma y entra en declive. En 1348 se inicia el declive de
El Cairo, los barrios tradicionales sanos se volvieron guetos al ganar oclusión
con puertas severamente controladas por perros que no permiten la entrada,
según Marcel Clerget. En los siglos XII Y XIII la ciudad de Roma se desintegra
al erigir miles de iglesias y conventos feudales a manera de fortalezas para
convertirse en guetos y luchar entre ellos. Los nobles se repartieron
monumentos antiguos, los guetos se subdividieron porque el espíritu de
comunidad dejó de sentirse. El urbanismo por el contrario, se trata de unificar
los barrios bajo el espíritu de la ciudad y de las sociedades abiertas.
En Querétaro el 11 de junio del 2013, hubo una agresión de
elementos de seguridad privada contratados por la inmobiliaria El Campanario
(un gueto voluntario de clase alta), para desalojar a los habitantes de dos
predios irregulares de la comunidad La Laborcilla (un gueto involuntario
pobre), en el municipio de El Marqués. Los guardias dispararon contra los
lugareños; un lugareño fue asesinado y dos resultaron heridos, según la
Procuraduría General de Justicia Estatal (PGJ). Conflicto de 5 años, por la
tenencia de unas 200 hectáreas entre lugareños de los predios Los Servín y
Toachi con la inmobiliaria de El Campanario.
A mayor número de fraccionamientos privados en la ciudad de
Querétaro mayor es su declive como ciudad humana. La seguridad debe
garantizarla el Estado, no un fraccionamiento-gueto. El gobierno del estado
presionado por los ciudadanos organizados, puede frenar la desintegración de la
ciudad, si es que de verdad trabajan para todos. Ω
Fuente:
Mikhail Robles | Editor.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario