sábado, mayo 07, 2016

¿Cuánto bióxido de carbono secuestran los árboles urbanos?


César Chávez Nava*

El efecto invernadero se da en la tierra de manera natural, éste es ocasionado por la presencia de gases que existen en la atmósfera, entre ellos, nitrógeno, oxígeno y bióxido de carbono. La ausencia de estos gases y su efecto invernadero al retener parte de la energía solar, provocaría que la temperatura en el planeta descendería hasta, según varios investigadores europeos, menos 20°C.

El uso de combustibles fósiles libera el carbón que fue contenido durante varios años, el cual al combinarse con el oxígeno forma el bióxido de carbono, aumenta su presencia en la atmósfera y rompe el equilibrio natural, debido a que el bióxido de carbono es uno de los gases que mayor retención de energía solar tiene. Se dice que el bióxido de carbono participa en el proceso del cambio climático con el 60 por ciento.

El desequilibrio en la concentración de estos gases de efecto invernadero, se ve reflejado en la ampliación de la retención de los rayos infrarrojos, lo que a su vez ha traído consigo el aumento de la temperatura o para algunos el llamado cambio climático, situación que motivó a varios países a implementar programas de mitigación (causas y acciones para reducir los efectos) y adaptación (impactos y vulnerabilidad). Sobra decir los efectos del cambio climático: precipitaciones intensas y de corta duración, sequías recurrentes, modificaciones en uno de los componentes del ciclo hidrológico, disminución en la producción del sector primario, cambios en los patrones naturales de la biodiversidad, estacionales, etcétera.

Además de la industria, los residuos incluyendo las aguas residuales, la generación de electricidad por medios convencionales, los incendios, el transporte y la deforestación, entre otros, son generadores de estos gases de efecto invernadero.

Para mitigar el efecto invernadero y mejorar la calidad de vida de la población, se promueven entre muchas acciones, la reforestación de ecosistemas forestales (Semarnat-Conafor-Sedea) y la plantación de árboles en ciudades (Sedesu-Gobiernos Municipales), dada la capacidad que tienen los árboles de capturar el bióxido de carbono mediante la fotosíntesis, convirtiendo éste en celulosa y liberando oxígeno. Se estima que el 50% de la biomasa de cada árbol es carbono que se distribuye de la siguiente manera: 50% en el fuste o tronco, 30% en brazos o ramas, 18% en raíces y 2% en follaje.

Las investigaciones sobre la participación de los árboles en la captura de bióxido de carbono se han realizado mayormente en bosques naturales, pero son pocos los estudios en árboles que se encuentran en las ciudades.

Silva H.J., (2007) señala que para calcular el CO2 fijado en los árboles se debe seguir el siguiente procedimiento: si una molécula de carbono pesa 12/mol y una molécula de bióxido 44 gr/mol, (44/12 = 3.67), significa que una tonelada de carbono capturada en un árbol equivale al secuestro de 3.67 toneladas de CO2, obviamente, la capacidad estará en función de la especie, condiciones ambientales del sitio de plantación y del manejo, debido a que los árboles jóvenes en pleno crecimiento tienen más capacidad de secuestro que los adultos, los cuales llegan a una etapa de madurez donde no capturan sino que sólo mantienen el CO2, el cual es liberado cuando muere el árbol y su espacio debe ser ocupado por otro árbol con el fin de que el ciclo de captura-liberación-captura se mantenga.


La cuantificación de la capacidad de captura de CO2 en árboles localizados en zonas urbanas, es un trabajo complejo pero necesario que requiere tiempo, recursos económicos y técnicos suficientes, además de esfuerzos multidisciplinarios.

Fuente: Libertad de Palabra

"ECOLOGISTAS DE JURIQUILLA AC"
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